Y el hombre olvidó.Nadie es capaz de decir por qué ocurrió ni cómo.
Puede que se desencadenara algún fenómeno natural que borró nuestros recuerdos, puede que trangrediéramos una regla de algún poder desconocido y fuéramos castigados por ello.
Puede que, siemplemente, el hombre se lo hiciese a sí mismo.
Como niños pequeños, reducidos a poco más que animales, vagamos durante siglos mientras nuestra fatua civilización se derrumbaba alrededor de nosotros.
Todo se convirtió en ruinas.
Las ruinas se hicieron polvo.
Y el polvo se dispersó en los vientos.
En aquella época el mundo tenía otro nombre.
Pero nadie queda para recordarlo...
El Sacro Santo imperio de Abel, antaño glorioso, se encuentra sumido en una lucha por la sucesión de la corona. Los señores de la guerra se han rebelado, y la esperanza de lograr la unificación ha quedado desecha. Mientras, poderosas fuerzas se mueven en las sombras, intentando tejer los hilos que marcarán el destino del mundo...

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